Prosas poéticas
Esclavo
Quise seguir viviendo sin volver a amar.
Eso fue imposible, me volví a enamorar…
Y llegó con su equipaje,
sin querer mancharse las manos.
Yo lo recibí con el espinel de placer,
alegría, besos, furia de erotismo,
cegándome y no ver que había en su equipaje:
una frontera entre nosotros nos separaba.
Sus besos sólo estaban envueltos en la lascivia,
el placer que me daba era sólo desazón en burbujas,
nunca una declaración de amor,
mis manos adiestradas al calor, jamás encontraron su piel.
Mis celos eran insaciables… entre odiarlo y amarlo,
en el fuego donde se rasga la investidura del amor.
Mi amor se convirtió en esclavo,
el sufrimiento me faltaba el respeto,
mis lágrimas se escondían al mirarlo.
Fue un nudo de tristeza que creció en mí,
en la trampa de un presagio de axiomas.
Quiero olvidar este amor y encontrar otro sin equipaje.
Prender de nuevo el fuego,
mientras el tiempo me dé la vida.
Y un ave me cubra con su aura de alegría o moriré.
Te extraño
¿Por qué se deshojó nuestro amor?
Has dejado de tocar mi alma,
extraño habitarte.
Mi sentimiento se niega a olvidarte,
camina en un fuego que lo hace estallar a pedazos.
Mis heridas sangran en un castigo inconsolable,
y se refugian en un muro deplorable;
mis manos son eco de un invierno,
al no encontrar tu piel.
Extrañarte me ha dolido
hasta el último resquicio de mis poros,
y, aun así, mis labios no se secan,
han guardado el dulce néctar de tus besos.
Sólo el analgésico del tiempo dará lugar a borrar
tu lastimoso silencio.
¿Alguna vez exististe?
Mis viajes
Llevo años viajando en ti.
En mi primer viaje, las gotas del pudor
enloquecieron mis sentidos.
De tus dedos enmarañados,
nació el desvarío.
Penetraste en el túnel de mi selva,
y bañé la enredadera desnuda de tu follaje.
Como estuario, recorrí tu perfil,
violé los caminos,
devoré la sombra de un imperio,
batiéndome en duelo desmedido,
volcando al fuego una flor;
sólo dejé intacto tu latido
lo até a mi siguiente viaje.
Semblanza de Teresita Hernández.
Teresita Hernández Mexicana de nacimiento. Coyoacanense por tradición. Escritora por inspiración y un gran ser humano por descripción. Teresita es una mujer que ha vivido su vida con ánimo, como persona, como esposa, madre, hija, amiga y artista, abstrayendo de sus vivencias lo más representativo a través de la poesía, a la cual reconoce como amiga y compañera. A lo largo de su vida ha escrito tantas prosas poéticas y tantos aforismos que hoy tiene un libro publicado para poder compartir su arte con quienes deseen mirar la vida a través de su prisma y amar a la poesía tanto como ella lo hace. By #AiGCcTlx
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