Construye tu silla | Nada de lo que da sentido a la vida es gratis. Llegar a ser lo que se sueña. Conocer los paisajes que se añoran y caminar al lado de la persona que se ama. Todo ello tiene un precio que pagar, desde discriminar placeres en aras de experimentar lo que se anhela, siguiendo la certeza de que cada paso dado nos llevará al ese banquete que nos ofrece el destino.
Este banquete está servido en una mesa larga, con deliciosos platillos, como una suerte de ambrosía que solo puede disfrutar quien se sienta a la mesa. Cada silla es peculiar: está hecho de un material particular, con talla y formas propias, moldeada al calor de las acciones que concretan las decisiones. Hay quienes se conforman con recoger las migajas y les saben bien, pero aquéllos que deciden pagar el precio por disfrutar a plenitud lo que hay dispuesto no pueden ceder ante los peros, ante las adversidades o las argumentaciones ajenas. El lugar ganado es intransferible.
El placer no es solo la comida, sino la compañía y la vista que ofrece el lugar. Es la cima a la que se llega con determinación, sin importar cuántas veces se ha perdido el camino, cuantos tropiezos se han tenido, mientras aún se siga de pie y se de un paso a la vez. Se degusta el camino, las rectas y las curvas, los valles y la cuesta arriba. Hay una estela que narra la historia del caminante, un extraño reflejo en la huella grabada, los mendrugos de pan que permiten que el peregrino se reconozca en el camino que traza en su propio andar.
Vivir es andar. Llegar a la mesa es conseguir el sueño soñado. Compartir es haber aprendido que la felicidad de comparte y que nadie puede llenar el plato, a menos que sea cada cual su chef y su propio mesero.
La mesa sigue puesta. Aunque parezca que no hay espacio para una silla más, cada vez que alguien labra la suya la mesa se hace más grande y da cabida el hambriento. Quizá por eso el envidioso, el soberbio y el tramposo no encuentran el lugar.
Soñar sin acción es solo una ilusión pasajera. La decisión sin acción, es solo un vano intento. La fe sin obras, una existencia sin sentido. Es tan indispensable la congruencia que hace el pensamiento, la palabra y la obra sean una misma cosa para que el resultado sea tangible y perdurable.
Hoy que vemos en nacimiento de un nuevo año, que se suma un nuevo calendario a nuestros planes, vale la pena darle sentido a cada uno de esos 365 días, que son promesas y oportunidades para hacer de un muro infranqueable la materia prima con que hagamos esa silla con la que nos sentamos a la mesa a departir. Nos ganamos el lugar a fuerza de creer y de hacer. De existir y de vivir.
En este 2022 no tengas miedo de errar el camino, de andar un camino extraño, de verte en nuevas aguas y encontrarte en escenarios desconocidos. No te detengas, que la brújula de tu sueño te guíe, porque al final, estés donde estés llegarás al banquete y disfrutarás con placer el alimento que nutre tu alma. por Selene Borges Hansen by #AgenciaInformativaGraphosCc
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