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#GraphosCc #Noticias #Columna #FRASEARIO | Fascismo en tiempos de la 4T por Aida Holguin Baeza



Fascismo en tiempos de la 4T: la transformación degenerativa de Morena.


Luego de que finalizara el registro de las “corcholatas” de Morena, Yeidckol Polevnsky evidenció las prácticas fascistas de Morena.

Ante la rotunda negativa de Morena de permitirle registrarse como una de sus “corcholatas” para el 2024, Polevnsky se quejó de las “posturas fascistas” de su partido. “¿Qué no había acabado el fascismo hace un rato?”, cuestionó la expresidenta nacional de Morena.


Que le cuesta trabajo creer lo que está pasando, dice Polevnsky, cuando no debería costarle nada porque no es ninguna novedad que Morena, comenzando con su líder “moral”, Andrés Manuel López Obrador, incurra en prácticas fascistas. Lo que sí es novedad es que, abierta y explícitamente, lo diga ella, corroborando así lo que advirtió el reconocido politólogo, José Fernández Santillán: El movimiento llamado “4T” se está degenerando, está dejando de ser un movimiento populista para convertirse en régimen neofascista.


Es en ese contexto que resulta imprescindible referir, además, que aunque dicho en un contexto “distinto”, relacionado con los hechos que indican que estamos ante el comienzo de lo que puede ser una nueva "dictadura perfecta", la prestigiosa periodista de investigación, Anabel Hernández, también advirtió sobre la degeneración de Morena en el poder, aclarando que, si bien no se trata de una descomposición exclusiva de ese partido, es más grave porque es el partido mayoritario: tiene la Presidencia, gobierna en 21 -próximamente en 22- de los 32 estados del país, y ejerce el poder de manera autoritaria, no solo hacia afuera, sino incluso al interior del partido.


El caso es que, indiscutiblemente, la transformación degenerativa de Morena ha llegado al punto del fascismo. Un fascismo que, muy al estilo López Obrador, con su autoproclamado Gobierno de la Cuarta Transformación, materializa lo descrito por Federico Finchelstein en su libro “Del fascismo al populismo en la historia”.


Es decir, considerando que -en resumen-, según Finchelstein, antes del fascismo “tradicional” el populismo era simplemente estilo político autoritario propio de los movimientos opositores al régimen en turno, que, luego, con la reformulación posguerra del fascismo (neofascismo), se erigió como una alternativa política y, por ende, como un tipo de régimen político de la democracia liberal, y que, luego, con ideas nacionalistas, cual régimen fascista, comenzó a actuar y decidir “en nombre del pueblo”, pero ahora aprovechándose de las instituciones y medios democráticos del Estado democrático que les aseguró el ejercicio del derecho de acceso al poder político, queda más que claro que en tiempos de la 4T se ha llegado al punto del fascismo, y que la única transformación que realmente ha generado es la de su modus operandi y vivendi, transmutando del populismo autoritario al fascismo dictatorial.


A modo de reflexión final retrospectiva y prospectiva, concluyo parafraseando lo dicho por el economista polaco, Michał Kalecki: En una democracia, no se sabe cómo será el próximo gobierno. Bajo el fascismo, no existe ningún próximo gobierno. Por Aída María Holguín Baeza by #AgenciaInformativaGraphosCc

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